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No permitamos que haya impedimentos
a la unión sincera
el amor no es amor
si varía cuando encuentra alteración
o si se inclina con el variante que cambia.
Es la base ciega que contempla tempestades
y nunca se agita,
es la estrella de cada ladrido errante,
cuyo valor es desconocido,
aunque su altura se conozca.
El amor no es un juguete del tiempo
como las mejillas rosadas,
nunca envejece;
el amor no se altera por unas
breves horas o semanas sino que
permanece hasta el filo de la desgracia.
Si esto es un error
si estoy equivocado,
no existe la poesía
y ningún hombre ha amado jamás.
1 comentario:
Indudablemente todos buscamos algo, pero pienso que el verbo está equivocado, más bien sería "esperamos", y no es menos cierto que uno debe estar en disposición, es decir, hay que sentirlo, ser consciente de que queremos que sea así. Una cosa distinta, que causamos por nuestra impaciencia, es forzar: sin darnos cuenta queremos que a los dos días de enterrar la semilla muera y germine una planta, un árbol. También está el hecho de que la vida a cada cuál nos pone a prueba. Hablo por experiencia, yo que fui impaciente, que forcé las cosas, que buscaba -y esta vez es así, es decir, no hay que entender "esperaba", sino que actuaba el mero deseo (así me fue).
Ahora funciono con una aptitud más "pasiva", y si encuentro, eso que me llevo. Otra cosa distinta es lo que me gustaría, pero eso puede dar lugar a una conversación o historia que merece ser contada en otra ocasión.
Iohannes Dei
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