miércoles, mayo 14, 2008

Tu pequeña tienda

¡Vaya regalo!...una de las mejores maneras que conozco de despertar y abrir los ojos a un nuevo día, a un nuevo año y a todo ese torrente de vida sigue fluyendo sin descanso. No puedo dejar de dar las gracias por los que estuvieron, por los que están y por los que vendrán. A cada uno de los días, con sus 24 horas, con sus amaneceres y puestas de sol; a cada cana que sale y que puedo peinar, a cada comida que tengo la suerte de encontrar en el plato, a cada sonrisa y risa desinteresada que me hace reir no sólo por fuera, sino por dentro que es lo más importante; a la mano que quitó la pelusa de mi ombligo y a la que la quita del pelo y da calorcico al corazón, a los teléfonos que siguen sonando fuera del trabajo y a este precioso mes de mayo que sigue regalando ese sol que enciende los engranajes de la vida.



Hay sobre las puertas agrietadas
cruces de pita seca
Y en aleros desconchados
cuelgan mazorcas regadas de alberca

Y yo me siento ante la mesa vieja
frente al paisaje
a contemplar, a regentar tu tienda
y fluir con la tarde

Hay sobre las puertas que han vivido
otras manos, otros roces, otras dichas,
y en sus despintadas vetas,
dignidad de rincón tibio, de cueva
de taberna.
Es tu figón, tu pequeña tienda.

Y yo me siento ante la mesa vieja
frente al paisaje
a contemplar, a regentar la tienda
y fluir con la tarde

Y yo me siento ante la mesa vieja
frente al paisaje
a contemplar el valle,
a regentar la tienda

y pasar la tarde.

Manolo García "Tu pequeña tienda"

jueves, mayo 01, 2008

Cuentos de Hadas (IV)


Hace tiempo que no disfrutaba de un amanecer tan precioso como el de hoy. Sin ni siquiera planearlo, mis ojos se han abierto justo antes de que el sol comenzara a salir, imagino que por la costumbre recientemente heredada o por la inquietud de comenzar el mes que más me gusta del año. En Mayo la tierra comienza a calentarse poquito a poco, con esa brisa dulzona que llega a amodorrar, pero no atonta (como lo hará más tarde en verano) que se puede tocar y casi paladear. Mientras los primeros rayos del astro rey empezaban a acariciar mi cara, varias historias se han entremezclado como un remolino de frambuesa en mi cabeza; imagino que tendrá que ver con que está a punto de pasar otro año biológico y este cacho de carne con ojos está haciendo recapitulación de las cosas que pasan a su alrededor, tanto las propias como las ajenas. Y es precisamente de ese manantial de dónde ha brotado este cuento de hadas: de historias confesadas en susurros bajo la luna derramando estrellas a borbotones o perdido por cualquier sendero desdibujado por otros caminantes que compartían probablemente los mismos pasos y palabras.
Relatos en los que el narrador y protagonista parece darse cuenta por primera vez, que la personas entran y salen de nuestras vidas: a veces se quedan un día, a veces durante más tiempo...y todas hacen que seas parte de cómo eres, incluso aquellas que...bueno, no estás seguro de querer que formen parte de ti durante más tiempo. Pero ahí están y precisamente por eso no hay que mirarlas y juzgarlas con tanta severidad, porque son parte de tu "viaje" por el mundo; como aquel que emprendió el pingüino hace ya casi dos años.
Por eso incluso,
cuando tus almas gemelas no estén, cuando estés en un cruce de caminos, de pie, sólo con la compañía de tus zapatos, no estarás solo porque los llevarás en la mochila contigo.
En este cuento la protagonista Scarlet decide realizar un viaje por la costa del Pacífico, desde el Oeste hacia el Suroeste de la costa americana. Le acompaña en el viaje su alma gemela, de la que se acabará enamorando a medida que se adentran en el desierto. Pero es en ese momento cuando caen las máscaras y descubren que ninguno es la fantasía que había pensado del otro: quien pensaba que era su compañero, no es quien realmente es. Es una de esas situaciones en las que no tiene nada que ver con la falta de amor, hay amor de sobra, pero no hay suficiente de ese "algo más" y no saben qué es ese "algo más". Simplemente no saben porqué, pero no pueden hacer que funcione. No alcanzan a entender cómo están perdiendo a la persona que tienen sentada justo en frente. Él decide que ella no es su fantasía y ella le contesta "No sabía que no me veías tal y como era desde el principio".




En mi camino hacia el norte
por la carretera de Ventura
levanté el capó
y te estaba hablando
y supe que sería
algo para toda la vida
pero no sabía
que podíamos romper el hechizo de plata.

Y estoy tan triste
como en un buen libro
que no puedo dejar atrás este día
Algo como un cuento de hadas contigo

Las cosas que dijiste ese día
en la autopista 101
la chica se desmoronó.
Intenté restarle importancia
con una apuesta sobre nosotros
Dijiste que la aceptabas
mientras yo no pudiera borrarla

Y estoy tan triste
como en un buen libro
que no puedo dejar atrás este día
Algo como un cuento de hadas contigo

Y conduje
Y conduje contigo a mi lado
hasta que me perdiste allí
en el camino abierto
Y conduje a tu lado
Hasta que la miel se extendió
lo suficientemente fina
para que pudiera partir tu pan
tomarte la palabra,
la tenía que robar.

De vuelta al norte, me tomé el día
al fin y al cabo fue un buen día.
Cerré el capó,
justo donde puedes
probar el cielo perfectamente.
Sentí la brisa del verano
No sabía cuando estaríamos de vuelta
y no creo, no creía
que acabaríamos así.
--------------------
on my way up north
up on the ventura
i pulled back the hood
and i was talkin to you
and i knew then it would be
a life long thing
but i didn't know that we
we could break a silver lining

and i'm so sad
like a good book i can't put this
day back
a sorta fairytale with you
a sorta fairytale with you

things you said that day
up on the 101
the girl had come undone
i tried to downplay it with a
bet about us
you said that
you'd take it as
long as i could
i could not erase it

and i'm so sad
like a good book i can't put this
day back
a sorta fairytale with you
a sorta fairytale with you

and i ride along side
and i rode along side you then
and i rode along side
til you lost it there in the open road
and i road along side
until the honey spread itself so thin for me
to break your bread
for me to take your word
i had to steal it

way up north i took my day
all in all it was a pretty nice day and i
put the hood right back where
you could taste heaven perfectly
feel out the summer breeze
didn't know when we'd be back and i
i don't
didn't think
we'd end up like this.

Tori Amos "A sorta fairytale"