miércoles, febrero 27, 2008


De tus pechos
preñados de estrellas
arranqué la
tímida luz que
se asomaba
enmascarada a la
sombra de la
sonrisa del alba.
Y al susurrar a
tu ombligo, me contó
en lenguas extrañas
y amaneceres calientes
de tierras ahora
distantes, los
sueños que se esconden
en la cadencia intermitente
de tus labios agrietados.
La cascada de palabras
me envolvió como el
canto de las sirenas e
irremediablemente
anclé mi barco
a tu tierra salvaje.

Evanggelos

jueves, febrero 21, 2008

Grandes Despedidas


Los pensamientos y sentimientos, por mucho que nos ofusquemos en pensar lo contrario, en la mayor parte de los casos, son universales, como si nos reencarnáramos una y otra vez en diferentes cuerpos para repetir vivencias. Eso si, cada uno con su aroma y sello personal, porque las retinas son diferentes y las pieles no siempre están predispuestas para lo mismo. Estas palabras robadas me removieron no hace mucho por dentro: la huella digital de los dedos que pulsaron las teclas estaban impregnadas de esa esencia de sangre que bombea del corazón a las sienes y recorren el camino de vuelta, de ese hilo invisible que nos conecta a todos. Parecía saber qué cuerdas tocar para afinar el corazón y el alma, porque estaba riendo y llorando palabras que acompañan durante toda una vida, palabras compartidas, sueños paralelos.

"Conservaba aquel recuerdo del perfume perdido entre las grietas de sus dedos, y el vapor fragante se hundía en cada poro de su piel que antaño le resultaba suave y tersa para convertirse, con el caminar del tiempo, en porosa y encallecida muestra de los avatares descritos en preceptos conservadores.
Nombres ahora desconocidos, miradas llenas de sentido, carcajadas estridentes, callados llantos, frases muertas en los labios, caricias por debajo de la falda, palabras musitadas junto al oído, copas de vino rosado vacías en la estancia, cartas emborronadas sobre papel amarillento, fresca hierba sobre los pies desnudos, cafés humeantes en rincones oscuros, aventuras narradas en tercera persona, fantasmas del deseo y la inexperiencia, sueños del tiempo que ha de venir, esperanzas durmientes junto a un conocido, fantasías ardientes junto a un desconocido, confidencias triviales e intensas, papeles impresos bajo una lámpara, fuentes de galletas con chocolate líquido, reuniones a media noche, los primeros pasos a solas, el primer billete de autobús hacia otro destino, el último amor fallido, las peleas que se resuelven bajo las sábanas, los sonidos de aquella primavera, el suelo enmoquetado de azahar, los versos de Bécquer en el aire, la mirada perdida en el cielo canela, las ambiciones incrédulas e inocentes, las amistades efímeras, la razón de ser diferente, el fin de ser distinto, la sonrisa enrojecida ante un halago, el sueño de la familia en la mente, el ideal de lo predecible, el camino cortado en mitad del trayecto, el mármol rojo oscuro del suelo, las ansiadas horas de soledad, la compañía de quien ha de irse, los álbumes pretéritos en la estantería, el extraño sonido de las palabras escocesas, las aspas azules en cada ejercicio, las escapadas de los domingos a última hora, la vista de la carretera iluminada, las sesiones de cine en casa, la brisa de mayo junto a la piscina cerrada, la imagen fotográfica de lo que terminará, el ancla sobre el suelo que se ha pisado ya, el sonido de una canción olvidada, el roce de aquellos dedos que no están, los círculos de luz entre la persiana, una copa de hielo en la terraza, los torneos de tetrix en la madrugada, la ausencia de obligaciones hasta mañana, la ignorancia de la política, las traiciones intencionadas, la vida social ajetreada, los posters aún pegados en las ventanas, el aparentar ser sobre el ser, los complejos ante el espejo, las puertas siempre abiertas, el valor de la comida pre-cocinada, los monederos vacíos a primeros de mes, los panfletos acumulados en el buzón cerrado, los primeros cigarros mal fumados, arsenales de alimento en una maleta, el miedo al extranjero, las ansias de vivir cuando no se ha podido, la cobardía de los caminos rechazados, el teléfono descolgado por un conocido, el reloj que apenas detiene su ritmo, el caminar que se ralentiza, las huellas del camino que nos ha traído, las plantas frescas que conservamos, las flores perennes que siguen naciendo, el llanto de un niño en el regazo, los detalles que se escapan entre los dedos, la sensación de lo que no se ha hecho, el sonido de un teclado golpeado, los periódicos bajo nuestras manos, la ópera que arranca las postreras lágrimas, los ojos entornados, la calma de la noche entre semana, el ruptura de la intimidad, el mundo de sentimientos que ha huido, el empuje de lo que debe salir, las miradas cómplices y conocidas, la estabilidad tranquila, la libertad permitida, la autonomía ganada, el valor de otra vida, el rostro ante un fuego, los secretos compartidos, el dolor de lo perdido, el rastro de lo vivido, el camino que continúa, las escapadas fugaces y necesarias, la evasión momentánea, las nuevas recetas archivadas, las horas ocupadas, la misma talla, los “te quiero” cada vez más vitales, los abrazos apretados, las llamadas nocturnas, el sosiego del que no espera, la necesidad de más tiempo, el sonido de la lluvia sobre las tejas, el danzar de lo que nos rodea, la tenue luz de una tetería abierta, los adoquines de las ciudades desconocidas, los brazos que nos rodean, la entrega a quien es tuyo, la dedicación a esa vida, las frustraciones de las escasas recompensas, las satisfacciones de los nimios gestos, la sonrisa que más se ama, la lucha interna, el alma que ríe y llora.
"El debate del pasado y del presente en el que apenas entra el futuro, que si antes era borroso ahora tiene límites perfilados con punzón ardiente. Y todo en el interior, lo que es, lo que queremos que sea, y el pie que tiembla el principio de cada camino, el paso que no se marca en el polvo naranja que todo lo invade. Y todo se llena de incertidumbre en mitad de tanta seguridad, y el miedo a caminar, y el sentir de cada paso perdido. Y las ganas que se encierran dentro y sin encontrar la salida que no está indicada, sólo el instinto nos lleva, nos guía, nos domina. Todo es instinto, y deseo. Y la voluntad la mano que cambia el ritmo. La voluntad corta los hilos que nos sostienen sin pensar, y la cobardía la mano de otro que nos mueve. Quizá la libertad es aquella decisión de caminar solos, simplemente eso, no más. Caminar sin red, sin hilos que nos conduzcan, sin mirar, sin escuchar... nuestros sueños, nuestras ganas, nuestras ilusiones son el corazón que palpita dentro y nos dice al oído hacia dónde continuar. La razón indica el peligro. Pero sin volver la mirada, porque nuestra vida acaba donde acaba nuestro cuerpo, y al lado no hay nada, sino otro cuerpo y otra vida."



Hoy el viento ha torcido el paisaje
Los arboles van de lado a lado
De este a oeste
Hoy el viento se lleva los males
Los dejara arriba y abajo
Una historia de un día cualquiera

Son grandes despedidas,
de encuentros por sorpresa.
Miradas de reojo
Buscando el cerrojo que abre tu boca
Que no se equivoca

Hoy el viento saca lo bueno
Lo eleva, lo enseña, lo marca en el cielo
Y lo veo ahí todo clarísimo
Soplará y todo lo cambiara
Será un paraíso bajo mi vestido.

Son grandes despedidas,
de encuentros por sorpresa.
Miradas de reojo
Buscando el cerrojo que abre tu boca
Que no se equivoca

Hoy el viento ha llegado, ha soplado,
Ha arrasado.
¡Ay! El viento que escusa
Tu viento, llegaste y
te fuiste volando…
¡Ay! Que manía te tengo
Cada vez que me soplas,
Mi cuerpo va de lado a lado,
Mi cuerpo va de lado a lado.

Son grandes despedidas
De encuentros por sorpresa
Miradas de reojo
Buscando el cerrojo que abre tu boca
Son ganas de probarlo todo
Te golpea hasta cansarlo
Son ganas de cambiarme
Por otro que hable después
De saber pensar
Te di una oportunidad
Y no me pude parar
Para que
Para que





Rompiendo la rutina
siento el goteo refrescante
de una lluvia de verano
que inunda mi calle cuando yo paso
si piso fuerte no dejo rastro

Siento el peso de un gran viaje
con una mochila a cuestas
día tras día de punta a punta
de no volví que soy turista
no me dejes pensando
se me ocurren tantas cosas
cosas malas, cosas sanas, cosas

Siento que no, que todo no
que voy cruzando el exterior
que no me pille la rutina
que yo me voy, que yo me voy
siento que no, que todo no
que voy buscando algo mejor
que si me escondo no me busques
que yo no estoy.

Siento un latido delirante
cuando llaman a mi puerta
a ver que sorpresas me trae el día
me pongo a tono con aspirina
no me dejes descansando
se me ocurren tantas cosas
cosas malas, cosas sanas, cosas

Siento haberme engañado
con tanta aventura si luego
me sube y me cuesta bajar
que se mueran los tontos
que nunca supieron
dar lo que tienen
por miedo a perderlo.

Pastora "Grandes despedidas"
y "Cosas Malas" a la extraterrestre
y recuerda que la puerta sola no se abre

sábado, febrero 16, 2008

Las lágrimas de Shiva




"En una ocasión, hace mucho tiempo, las gentes que vivían en Calcuta fueron azotadas con una terrible plaga que acababa con las vidas de los niños y hacía que, poco a poco, los habitantes envejeciesen progresivamente y las esperanzas en el futuro se desvanecieran. Para remediarlo, Shiva emprendió un largo viaje en busca de un remedio que curase la enfermedad. Durante su éxodo tuvo que enfrentarse a numerosos peligros. Eran tantas las dificultades con que se tropezaba en su camino que el viaje le mantuvo alejado muchos años y, cuando volvió a Calcuta, descubrió que todo había cambiado. En su ausencia, un brujo llegado del otro lado del mundo había traído un extraño remedio que había vendido a los habitantes de la ciudad a cambio de un precio muy alto: el alma de los niños que nacieran sanos a partir de aquel día.
Esto es lo que vieron sus ojos. Donde antes existía una jungla y chozas de adobe, ahora se levantaba una gran ciudad, tan grande que nadie la podía abarcar con una sola mirada y se perdía en el horizonte fuera cual fuera la dirección en que uno mirase. Una ciudad de palacios. Shiva, fascinado por el espectáculo, decició encarnarse en hombre y recorrer sus calles ataviado como un mendigo para conocer a los nuevos habitantes de aquel lugar, los hijos que el remedio del brujo había permitido nacer y cuyas almas le pertenecían. Pero le esperaba una gran decepción. Durante siete días y siete noches, el mendigo caminó por las calle de Calcuta y llamó a la puerta de palacios, pero todas se le cerraron. Nadie quiso escucharle y fue objeto de las burlas y el desprecio de todos. Desesperado, vagando por las calles de aquella inmensa ciudad, descubrió la pobreza, la miseria y la negrura que se escondían en el fondo del corazón de los hombres. Fue tanta su tristeza que la última noche decidió abandonar para siempre su ciudad.
Mientras lo hacía empezó a llorar y, sin darse cuenta, fue dejando tras de si un rastro de lágrimas que se perdían en la jungla. Al amanecer, las lágrimas de Shiva se habían convertido en hielo. Cuando los hombres se dieron cuenta de lo que habían hecho, quisieron reparar su error atesorando las lágrimas de hielo en un santuario. Pero, una tras otra, las lágrimas se fundieron en sus manos y la ciudad no volvió nunca jamás a conocer el hielo.
Desde aquel día, la maldición de un terrible calor cayó sobre la ciudad y los dioses le volvieron la espalda para siempre, dejándola al amparo de los espíritus de la oscuridad. Los pocos hombres sabios y justos que en ella quedaban rezaban para que, algún día, las lágrimas de hielo de Shiva cayesen de nuevo desde el cielo y rompiesen aquella madicilón que había convertido Calcuta en una ciudad maldita..."

Carlos Ruiz Zafón"El Palacio de Medianoche"

viernes, febrero 01, 2008

Soleado Invierno


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Partió el otoño. Y el vigoroso invierno

sus aposentos en mi jardín halla

Faltos de toda atención, cuidado,

orden, reposo.

Hojas secas en las ramas de mi árbol

que se hallan desennidadas sin fuerza

Prematuras sin tiempo a florecer

penden cansadas.

Verano era y reuniendo frutos caídos

Sin saber se me fue sembrando este árbol

Que crecía con tibias lluvias de nubes

Pródigas hebras.

-Lo recordaban hoy en sueños sus raíces-

(Y lo que ellas bajo tierra murmuran

Sin dilación con color lo comentan

Hojas y ramas).

Pronto vino a anidarle el ave libre

Que pide libertad para ser esclavo

Y en su frágil corteza y tiernos brotes

Nido dispuso.

El ave pasional entonó hastío

Pues su canto era excesivo entusiasmo

Que transformó toda alegría en deseo

Grave cansancio.

Pero los invernales abrazos hoy

Me apremian a iniciar la poda usando

El filo de la experiencia: a que ahuyente

Cantos nocivos.

He buscado las tijeras y el fuego

Me he servido del hierro y de sus llamas

¡Ya lo reverdecerá Primavera

Sano y robusto!

Mientras tanto pasaré esta estación

Oyendo los rugidos de la calle

Sin deprimirme por el gris del cielo

Quieto escuchando.

Beberé el vino. Cantaré el recuerdo

de faenas azarosas de antaño,

Mientras nuevas vías la savia planea

Verdes pruritos

Poema de Amado Ángelos

Al bichillo chinchoso, como dice Drexler "tu corazón va a sanar"




Sombras y Colores

Hay ciertos amores míos

que llevo sobre mis hombros,

hay manos que he cogido

-cógeme-,

como pajarillos las solté.

Hay algo en el hombre

tierno e inhumano

y el mundo es extraño

-de cristal-,

oscuro y transparente.

Es el mundo una escritura difícil,

todo se borra

y si no se lee con el tacto

no se consigue nada.

Hay penas que he olvidado

y alegrías que no he sentido,

hay años que han pasado

-háblame-,

dime a dónde se han ido.

Hay amigos que he perdido

y voces que estuvieron junto a mí,

hay ojos que he besado

-ojos míos-

y he llenado de luz.

Es el mundo una escritura difícil,

todo se borra

y si no se lee con el tacto

no se consigue nada.

Hay casas que he perdido

y no he olvidado nunca,

una forma que he hecho

-mi cuerpo-

y otras que no he podido.

Hay algo en el viento,

secreto e ilícito,

que enloquece los cuerpos

-cuídalos-

con sombras y colores

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ΣΚΙΕΣ ΚΑΙ ΧΡΩΜΑΤΑ (ΜΙΧΑΛΗΣ ΓΚΑΝΑΣ)

Είναι κάτι αγάπες μου

που σηκώνω τις πλάτες μου,

είναι χέρια που κράτησα

- κράτα με -

σαν πουλάκια τ’ άφησα.

Είναι κάτι στον άνθρωπο

τρυφερό και απάνθρωπο

και ο κόσμος παράξενος

- γυάλινος -

σκοτεινός και διάφανος.

Είν’ ο κόσμος δύσκολη γραφή

όλο σβήνεται

κι αν δε διαβαστεί με την αφή

τίποτα δε γίνεται.

Είναι λύπες που ξέχασα

και χαρές που δεν έζησα,

είναι χρόνια που φύγανε

- μίλα μου -

πες μου πού να πήγανε.

Είναι φίλοι που χάθηκαν

και φωνές που μου στάθηκαν,

είναι μάτια που φίλησα

- μάτια μου -

κι από φως ξεχείλισα.

Είναι σπίτια που έχασα

και ποτέ δεν τα ξέχασα

ένα σχήμα που μπόρεσα

- σώμα μου -

κι άλλα που δε χώρεσα.

Είναι κάτι στον άνεμο

μυστικό και παράνομο

που τρελαίνει τα σώματα

- πόνα τα -

με σκιές και χρώματα.

Letra de Mihalis Ganas

Música: Eleftheria Arvanitaki