Como pingüinos en el Desierto: Como pingüinos en el desierto

Hay muchas veces en la vida en la que perdemos el rumbo, en la que nos paramos a recapacitar dónde estamos, de dónde venimos y hacia donde vamos. Para muchos, el mejor momento coincide con el fin de año, para otros el día del cumpleaños y para otros tantos cuando la vida nos da una buena hostia y nos deja desorientados, perdidos, como pingüinos en el desierto, intentando agarrarnos al último respiro, a esa luz del sol que no termina de salir cada despertar. Entonces es el momento de echar a andar de nuevo, de seguir creciendo porque la pena no hace andar a nadie y el sol, la luz y el horizonte sólo se justifica si hay pingüinos dispuestos a andar. Sabio es el valiente a quien no se le resiste ningún horizonte por muy lejos que esté, porque un buen viajero no tiene planes establecidos ni prisa por llegar. Un buen viajero sólo disfruta del viaje y si es posible de una buena compañía para recorrer el mismo camino. El mayor deseo de un viajero es precisamente parar el horizonte para que este viaje sea infinito, para que este viaje sea su vida.

Paro el horizonte

Y será
si así ha de ser
vuelvo a no pensar
y olvidarte no se deja hacer

Aprender,
estar,dormir
son de esas palabras
que me cuestan mucho hacer sin ti

Donde estoy
no cabe más que un necio
desesperadamente estoy
Pídeme amor
y pídemelo fuerte
pídelo

Paro el horizonte
alzo la cabeza
lanzo la mirada
busco referencia
tomo no más aire
del que necesito
tardo el devolverlo
todo en un suspiro
abro la mirada
guardo el horizonte
cierro mi cabeza

Y será
igual no más
diferente en sí
y de mutuo acuerdo imaginar

Ah olvidé
decirte que
vivo que no es
pero vivo justo frente al mar

Donde estoy
amor es como un sueño
amor es como hacerse Dios
donde vivo
alcanzo siempre a verte
créeme

Que paro el horizonte
paro lo que sea
sólo si me oculta
tan sólo una promesa

Puedo con distancia
Puedo con el tiempo
Tiempo de emociones
Muros y leyendas

Y aunque en tu mirada
no haya horizonte
tuyo para siempre